UN PROBLEMA LLAMADO EDUCACIÓN EN LÍNEA


UN PROBLEMA LLAMADO EDUCACIÓN EN LÍNEA
En mi humilde opinión By Francisco Guerra O.

Que equivocados se encuentran los padres de familia al sobrevalorar la educación del modelo educativo de la SEP; y no es que pretenda hacer creer, que no funciona como institución, o que no sirva para nada.

La crisis de una pandemia, destapó el oportunismo de algunos profesores para sobrevalorar la educación en México. No hace mucho, denunciaba la ineficacia de algunos maestros de nivel primaria, secundaria, preparatoria y universidad.



El modelo educativo basado en las tareas, siempre ha demostrado su fracaso, ¡Simplemente!, ¡No funciona!; prueba de ello, lo que actualmente están viviendo los padres de familia en su encierro voluntario en sus respectivas casas, provocada por esta crisis pandémica, del COVID-19.

Si bien es cierto, que el modelo de tareas, serviría para reforzar los conocimientos; sin duda, siempre ha demostrado todo lo contrario; porque créame amigo lector, ¿Usted recuerda algo, de cuando hizo una tarea? Por lo menos un servidor, no. La mayor parte de los conocimientos, los adquirí a través de la experiencia vivida; pero no por traspasar y traspasar líneas de un libro a una libreta, que apenas me daba tiempo de leer.

Si bien, mi gusto por la lectura es bastante amplio, no surgió por las horas interminables de la escuela; surgió por la necesidad de aprender; sí, lo leyó correctamente; como nunca aprendí algo bueno en la escuela; tuve la necesidad de buscar otros medios para avivar mis conocimientos.

Largas horas las dedico a la investigación, en un 99%; porque yo mismo género mis propios datos; porque soy muy desconfiado, más, a la hora de obtenerlos de otras fuentes; y esta desconfianza se incrementa cuando estos provienen de los aparatos gubernamentales.

¿Entonces? ¿Qué está pasando?, ¡Claro! La SEP quería demostrar que los maestros eran realmente necesarios; pero un servidor, ha tenido la fortuna de dar clases alguna vez; y por supuesto, no todo lo que brilla es oro; por esa razón, le aseguro, que el modelo educativo es ineficiente.

El mayor número de alumnos a los que tuve el placer de dar clases, son exitosos, en sus respectivas áreas; ¿Pero que hice diferente? Si, todo. Todo lo hice diferente; podría preguntarle a cualquiera de ellos, si les dejaba tarea. Todos ellos contestarán, ¡Nunca!

El estrés, es la manera más ineficaz de aprender; tampoco quiero decir, que una conducta relajada sea lo más óptimo. Por el contrario, la educación es individual; cada alumno aprende a su propio ritmo, porque es diferente desde el punto de vista del propio individuo. ¿Cómo aprendió a sujetar con el nudo de las agujetas, los zapatos? ¿Con tareas?, ¿No verdad?, ¿Entonces?, ¿Como lo hizo?; ¡Ah verdad!, ¡Ya lo recordó! Sí, aprendió de manera individual, con asesoramiento de sus padres, hermanos, amigos, primos e inclusive sus abuelos.

¿Por qué algunos maestros no quieren asesorar en esta crisis? Porque es más cómodo dejar tareas, que dividir su opinión ante un grupo complejo. Si este modelo es complejo, ¡Entonces!, ¡Pregúntese! ¿Por qué existe la educación en línea? ¡Entonces!, ¿La educación en línea no es un medio para aprender?, ¡Entonces! ¿Por qué la SEP, la ofrece como alternativa?

¡Así es amigo lector!, llegó al punto de los razonamientos y las cuestiones; ¿Realmente, necesitamos a los maestros?; Si usted me lo pregunta a mí personalmente, mi respuesta sería ¡No! Pero, ¡Claro está! que esa es mi opinión muy en particular, que no tiene porque ser la misma que tiene Usted o lo que puede percibir Usted mismo. Líneas atrás, le aclare, que cada persona aprende a su ritmo; habrá quienes necesiten ser asesorados, otros que lo necesiten medianamente y otros que simplemente se conducen solos, pero dándoles pie a que lo hagan; o como en mi caso, que jamás tuve una respuesta a mis cuestionamientos, pero eso, no me detuvo o me limito, por el contrario; pero, tampoco, dejó atrás, el reconocimiento y la grandiosa labor de muy buenos profesores que estuvieron en mi camino.

¡Otra pregunta! Desde que sus pequeños están en casa realizando las actividades de tareas de sus respectivas materias ¿Han aprendido algo? La respuesta es ¡No!, no porque no les da tiempo de hacerlo; la mayor parte del tiempo se la pasan realizando legajos de tareas que ni siquiera leen detenidamente. ¡Así es! Hay pequeños que se pasan hasta 16 horas tratando de realizar una tarea, para entregarla al día siguiente. ¿Esto sucedía cuando estaban en la escuela en su horario normal? ¡Nuevamente!, la respuesta es ¡No!, no porque la mayor parte del horario escolar, es de clases; apenas quedaba tiempo para realizar una tarea simple. ¡Bueno! si no le tocaba un maestro amargado.

¡Recuerdo! que alguna vez le comentaba a algún amigo que, la mayoría de las personas que daban clase, que no eran profesores realmente, era, porque estaban insatisfechos con su Profesión; y que inclusive, la mayoría de los que eran profesores, no tenían una verdadera vocación. Aún recuerdo, aquellos profesores que se desvivían por transmitir sus conocimientos a un Dimítri que no existía. ¿En dónde quedaron esos profesores? ¡Esos hombres o mujeres que alguna vez fueron verdaderos héroes y forjaron una patria! ¡Hoy!, ¿Dónde están? La respuesta, ya casi no existen. Sí, afortunadamente, todavía queda algunos que aman su vocación y que con errores o fallas, tratan de dar clases en línea; ¡Al pie del cañón! ¡A estos héroes, les aplaudo! ¡Gracias! ¡Gracias, por preocuparse por sus alumnos! Sin embargo, para aquellos que sólo se dignan a dejar tarea y legajos de tarea sin transmitir nada, tambien les doy las ¡Gracias!, ¡Gracias!, porque ahora distinguimos a los verdaderos profesores, de aquellos que no los son. Y nos damos cuenta que en la SEP abundan muchos de ellos, como hormigas.

Con esto, quiero dejar en claro; que aquellos que transmiten sus conocimientos, que dejan su vida por la enseñanza, son verdaderos hombres y mujeres dignos de ser llamados ¡Profesores! y les ofrezco ¡Mis más grande respeto!; pero aquellos, que sólo martirizan a sus alumnos con pedimentos de tareas, les digo ¡No los necesitamos! ¡No los queremos! ¡No sirven! Es más, si estuviera en mis manos, ¡No les pagaría!

¡Este próximo 15 de mayo! Me gustaría, que aquellos Profesores que son dignos de serlo, se les premiará; pero, si no se pudiese, reciban de parte de un servidor, ¡Un fuerte aplauso, muy extendido! ¡Y un fuerte abrazo!

¡Gracias amada Profesora, amado Profesor!




A t e n t a m e n t e.

Francisco Guerra O.