En mi humilde opinión por
Francisco Guerra O
Podemos definir al socialismo
democrático como la parte fundamental de una lucha en la que la democracia y el
socialismo son una unidad inquebrantable y que realizan conjuntamente las
acciones políticas del estado en pro de la justicia social en un marco de la
economía capitalista. Es decir, consciente al capitalismo, pero segrega las
acciones políticas a una democracia representativa y el interés general hacia
el bienestar social.
Las políticas de la
socialdemocracia están destinadas a reducir la desigualdad, la opresión de los
desfavorecidos y la pobreza, a atender a las personas mayores, al cuidado
infantil, la educación, la atención médica, la compensación laboral y los
servicios públicos.
El movimiento social democrático está
ligado a los movimientos laborales, los sindicatos y al apoyo de los derechos
de los trabajadores.
También, se le conoce como la
economía mixta ya que combina los elementos del capitalismo y el socialismo sin
dejar de lado los ideales de justicia social; rechaza el autoritarismo y la
desorganización social, redistribuye la riqueza, y ejerce una serie de medidas
reformistas y graduales.
Pero, para que existe una
justicia totalitaria social, también los órdenes jerárquicos deben de disminuir,
en otras palabras, cualquiera puede gobernar si sabe gobernar en un país socialdemócrata.
Y por otro lado, cualquiera que quiera gobernar debe hacerlo con estricto ejemplo
de la causalidad con la que rige su forma de gobierno. En otras palabras, debe
predicar con el ejemplo.
Toda voluntad de cambio se hace a
través de las consultas a la sociedad y del voto libre y secreto, las consultas
deben estar destinadas al bienestar social y no al margen de una política
causal.
Y hablando de democracia, en
México hemos tenido varios tipos de autoridad, dominio o gobierno, pero nunca
una democracia real, por ejemplo, hemos vivido la oligarquía que no es más que
un sistema de Gobierno en la que el poder esta en manos de unas cuantas
personas pertenecientes a una clase social privilegiada y en algún tiempo de la
historia de México esta clase privilegiada la constituía la aristocracia. En
los tiempos de Juárez se vivió una clase de diarquía ya que la autoridad se
mantenía dividida entre el liberalismo de Juárez y el conservadurismo de Félix
Soloaga, cabe aclarar que diarquía es el Gobierno simultaneo de dos reyes y no
de dos presidentes.
Sin embargo, desde el porfiriato
a la fecha además de la dictadura hemos vivido varios tipos de cracias en
diferentes tipos y en diferentes regiones del país mexicano; por ejemplo, la
teocracia que es el gobierno ejercido directamente por Dios, la oclocracia el
gobierno de la clase baja, la mesocracia el gobierno de la clase media, la
timocracia la forma de gobierno que se tiene por una cierta renta al igual que
el caciquismo y la toparquía el señorío de un pueblo determinado, la falocracia
el predominio del hombre sobre la mujer, la burocracia la forma de gobierno
regulada por las normas del servicio público, la etnarquía la forma de gobierno
de las etnias, la tecnocracia el gobierno de los tecnócratas, es decir los que
se rigen por tecnicismos bajo una dirección.
Y en los últimos 30 años se intensificaron
la oligarquía, la plutocracia la forma de gobierno de los ricos y de sus
beneficiados asociados, la autocracia de Salinas de Gortarí, que hacia del
gobierno su voluntad, la dedocracia y plutocracia de Vicente Fox; y, la plutocracia
y la sinarquía de Felipe Calderón que permitía la influencia de algunos grupos
comerciales y de personas poderosas en los asuntos políticos, la toparquía y el
inicio de la derelinquía o derrelinquía, el abandono y el desamparo.
Pero en todo este contexto de
ejemplificaciones podemos observar que el peor de todos los gobiernos en México
y con las palmas de oro se los lleva el pasado gobierno, ya que, definitivamente
dejo al abandono y al desamparo a toda la población del país, se gestaron la
falocracia, la autocracia, la bancocracia, la plutocracia, el resurgimiento de
la aristocracia, la dedocracia, la oligarquía, la sinarquía, la toparquía, la logomaquia,
la derrelinquía, e inventó la absurdocracia que es la forma de gobierno de lo
absurdo, incentivo y digo incentivo pero que nadie atendió o se dio cuenta, la
anarquía y la acracia; y le vendió al pueblo la historia del príncipe y la princesa,
la monarquía disfrazada.
En la actualidad, aunque se
enojen mis amigos, estamos viviendo la Gerontocracia que es una clase de
gobierno llevada por los ancianos con vías a la socialdemocracia capitalista. Y
en mi humilde opinión, esperamos con ansias el crecimiento de la Ginecocracia
que es la forma de gobierno llevada por las mujeres, porque, sería muy
interesante saber si la mujer demuestra tener mayor capacidad a la hora de
gobernar que los hombres, de no serlo, la equidad de género en el gobierno
sería siempre la mejor solución.
Es tiempo de la democracia y
aunque tenga sus tintes socialistas, es el tiempo en que el pueblo debe elegir
a sus gobernantes por la vía pacífica y representarse así mismo, las decisiones
de la forma en como ha de conducirse la soberanía de México ahora están en
manos del pueblo y para el pueblo, sólo debe girar en torno a esa forma de
gobierno y algunos representantes de las esferas de gobierno ceder sus lugares
en pro de la igualdad, la equidad y la justicia social.
Comparado con Venezuela México ha
iniciado un largo y sinuoso camino hacia la nueva forma de vida social a nivel
mundial, no basta con buenas intenciones, es tiempo de arrancar la cabeza al
dragón y fluctuar hacia el nuevo progreso. Es triste ver que en Venezuela viven
una hierarquía una organización sobre un orden de prioridades entre los
elementos de un conjunto y sobre ellos la relación de subordinación sobre otros
grupos por su grandeza e importancia.
El socialismo de Venezuela se
basa en la dictadura y en la izquierda revolucionaria autoritaria con
connotaciones religiosas en sus convicciones, el pueblo venezolano se esta
dividiendo y con ello se les esta cercando el camino de modo que no pueda
negociar con ningún país de américa latina y bajo la influencia de Trump; por
lo que, se verá obligado a expropiar las tierras de forma masiva, provocando la
escasez y la hambruna, el gobierno intensificará el incremento de los servicios
de inteligencia y purgará a sus opositores y a los anarquistas; se proclamará
el sentimiento de la nación por parte del gobierno con los argumentos de
planificar su economía para acelerar la industrialización, esta
industrialización será certificadora de la producción bélica y exigirá las
metas de producción con objetivos casi imposibles de obtener y quienes pagarán
por estas acciones será el pueblo de Venezuela ya que todas estas acciones costará
la vida de miles o quizá millones de Venezolanos. Para Venezuela la solución no
viene de la mano de Maduro, ni de la mano Juan Guaidó porque no puede existir
una diarquía con dos partes autoritarias que sólo discuten por el poder y su
propio beneficio.
Si en verdad, el pueblo de Venezuela
quiere mantener una postura socialista debe estar en miras de la
socialdemocracia con el consentimiento del pueblo venezolano y enfocado al
socialismo que quiere vivir, pero de la forma pacífica y no autoritaria, así evitaría
la muerte inminente de su población; y si Maduro quiere conservar el poder, que
lo haga, pero respetando la voluntad del pueblo de Venezuela y dejar de jugar
al socialismo de Stalin; porque, ni es Stalin, ni tiene las aptitudes para
dirigir de manera gloriosa al pueblo venezolano, mucho menos copiando las
acciones de Stalin; se esta volviendo en un tirano revoltoso amañado y sin un
objetivo claro más que el de repetir la historia, los propios errores y terror
de la misma.
Por otro lado, Juan Guaido,
tampoco es la solución ya que él espera demasiado de la gente, empero, no hace
más que esperar que la gente se movilice para poder levantar la mano de la
dignificación social y el deber de él como cabeza de la lucha es ser el
dignificador de ese pueblo que quiere representar, triste pero verdaderamente
así debe ser la justicia social. Guaidó es un líder lirón para ese pueblo que
necesita ayuda y para una solución inmediata, Guaidó ha dejado pasar un sin fin
de oportunidades y en el pecado lleva la penitencia.
Venezuela necesita un nuevo líder
o el liderazgo de Maduro, pero con Maduro transformado, y reitero, respetando
la decisión del pueblo de Venezuela.
Si Usted amigo lector, tuviese
una postura para dar solución al pueblo de Venezuela ¿Cómo lo haría? ¿Mejor o
peor que Maduro o Guaidó? ¿Y qué haría frente a la postura del presidente Trump
de los Estados Unidos de America? ¿En verdad el mundo se equivocó frente a
estos dos postores o simplemente se dejó llevar por la apariencia de los
postulados de ambos actores?
En mi humilde opinión, la crisis
en Venezuela sin un verdadero líder podría durar más de lo que Venezuela
necesita y más de lo que los amigos venezolanos necesitan; así que, necesita
una postura inmediata y un verdadero líder que lleve a Venezuela a ser un país
ordenado socialmente y a vencer el autoritarismo, encontrar la verdadera
dignificación de su sociedad y trabajar en conjunto, pero pacíficamente, para
alcanzar el equilibrio económico de su país.
Ya como última nota, le diré
amigo lector que no he encontrado pruebas fehacientes, al menos en México, de
alguna clase de tetrarquía, pentarquía, heptarquía y poliarquía, pero si Usted
sabe de algún caso en México, apóyeme y platíqueme su caso en concreto.
Si por alguna razón a alguien le interesa, voy a estar por allí.
A t e n t a m e n t e.
Francisco Guerra O.
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